¿Por que cuatro amigos, hace 50 años, terminaron sin poderse soportar, lo cual llevó a la desintegración de la banda musical más exitosa de la historia?
El rompimiento de los Beatles, como sucede con cualquier divorcio, fue un proceso largo y traumático. Pero si hay una fecha que los fanáticos consideran definitiva, es la del 10 de abril de 1970. Ese día, y mientras lanzaba su primer álbum como solista, Paul McCartney publicó un comunicado en el que decía que había “roto” con la banda.
Es cierto que para entonces, John Lennon ya les había anunciado en privado su intención de irse, llevaban ocho meses sin grabar juntos y desde hace años sostenían desacuerdos legales. Pero ese día el mundo supo oficialmente que no iban más.
La noticia se regó como pólvora, desilusionó a millones y marcó el final de una era. Un periodista de televisión, conmovido, incluso dijo que comenzaba el fin del imperio británico. Fue algo tan traumático, que aún hoy, 50 años después, muchos tienen sus propias teorías sobre la separación de la banda y hay quienes siguen señalando culpables.
Pero rompimiento aparte, el legado del cuarteto sigue intacto. Tanto que su música aún suena en todo el mundo y muchos les guardan una devoción casi religiosa.
Por eso, para conmemorar medio siglo de su separación, el periodista Craig Brown lanzó por estos días One Two Three Four: The Beatles in Time. Se trata de una especie de biografía en la que reúne anécdotas y detalles curiosos del cuarteto de Liverpool.
Allí cuenta cosas que los más fanáticos se saben de memoria, pero también incluye episodios poco conocidos. En 1963, por ejemplo, cuando la banda pasó de tocar en bares de Liverpool a dar conciertos multitudinarios, Ringo Starr, quien se había unido al grupo al final, se sentía desubicado y en shock.
Una vez, cuando estaba de visita en la casa de una tía, se le regó un poco de té, y su familia se apresuró a limpiarle todo, como si fuera un príncipe: “Me di cuenta de que hasta ellos me trataban diferente –cuenta–. Me sentía en una tierra extraña, pero no podía pararme y decir ‘Trátenme como antes’, porque eso era dármelas de grande”.
Mantuvo esa actitud sencilla casi durante toda la aventura de la Beatlemania. Tanto, que Brown lo alaba como uno de los mejores de la banda: “un caballo de trabajo en medio de ponis”, y dice que era quien los mantenía unidos.
Fuente: Semana